La princesa de mi cuento se llama María.
Bonito nombre verdad ? Bonito como ella.
Erase una vez ... una pequeña de piel pecosa y cabellos rubios con reflejos azafrán,
que a pocos días de tomar su primera comunión decidió que deseaba un reportaje
original y diferente al de sus amigas.
Se despertó mas temprano de lo habitual y como siempre dice mamá :
"el desayuno es importantísimo"
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Creí que su incesante sonrisa era debido a los nervios,
pero me equivocaba ....
su sonrisa es ella misma, pizpireta, alegre, "payasita".
Anduvo con su inmaculado camisón
como una bailarina de ballet clásico controlando con sus ojitos todo lo que
ocurría a su alrededor.
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Y entre juegos y melodías bailarinas, María se preparaba para tan deseado momento,
vestir su vestido de comunión. Ese que con tanta ilusión eligió mamá
para ella... ese que la hace ser "Princesa" ...
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Y disfrutó... y disfrutamos...
Y María brillaba con luz propia, y sin darse cuenta dejó de ser princesa para convertirse en "Reina".
Y correteó inquieta por cada rincón, paseando los encajes de su vestido como si de una pasarela se tratase, eclipsando a esta modesta fotógrafa que la miraba embelesada.
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Golosa ....
El sueño de cualquier niña, golosinas de colores.
Pequeños restos azucarados en las comisuras de esos labios sonrientes.
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Ya el día que la conocí me pareció un angel.
Cuando la tuve frente a mi cámara ví sus alas blancas, su estela,
la esencia que sólo la infancia desprende...
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Y se enamoró del violín ....
y el arte con que lo acariciaba me hacía pensar que no era la primera vez
que había sacado notas de sus cuerdas,
aunque fuese la primera vez que lo veía.
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Y la princesa María quiso ver más allá.
Y la libertad del bello paraje del jardín se hizo su cómplice.
Sus frondosos caminos, sus especies mágicas, su lago, el abanico de verdes infinitos
que la envolvía
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Y no hubo brisa que interrumpiera este precioso momento...
Lluvia de pétalos que María lanzaba al aire dejándose abanicar por la suave caida de
estos en su vestido, rojos intensos ...
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Y la noche se le echó encima, y el cansancio de un día lleno de emociones
no hizo mella en ningún momento es su carita.
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Y como toda princesa que se precie,
llegó el momento de retirarse a sus aposentos.
llegó el momento de retirarse a sus aposentos.
Y se sumió en un profundo sueño.
Y colorín colorado.......
Sssshhhhhhsssss ;)
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Agradecer a los gerentes del Jardín Botánico de Cullera por las facilidades
que me ofrecieron para que este cuento se hiciese realidad.
Por su hospitalidad y buen recibimiento.
Y por los trabajadores que participan día a día en que ese paraje
natural mantenga esa belleza idílica tan cerquita del mar.
